Imaginación Activa



La imaginación es la facultad que tenemos todos de crear la realidad tal y como deseamos por medio de la fantasía. 
Uno debe de preguntar a su sabiduría interior sobre cómo resolver un problema, y no resolverlo racionalmente, sino fantaseando.

Fantasear es algo que nos tenían que haber preparado desde niños. Hemos sido educados para erradicar los pájaros de la cabeza, para razonar más que para imaginar. Por eso, nos cuesta reproducir la película de lo que deseamos resolver o conseguir en la mente.

Nos cuesta mucho más entregarnos a la fantasía que a nuestros pensamientos. Sin embargo, la fantasía, cuya raíz es la misma que la de fantasma, es un rasgo propio de la mente, superior a la imaginación. Fantasear es crear una realidad que no existe y proyectarla al exterior. Los fantasmas son reales, pero al no creer en ellos, no los vemos. 

El mundo imaginario de los niños, que los adultos cercenan cuanto antes, les hace ver y sentir muchas facetas de la realidad. La imaginación nos transforma, nos hace trascender las limitaciones que nos hemos impuesto con la lógica y la razón.

Existe una fábula hindú que lo ejemplifica. Para impedir que los elefantes pasen de determinada línea, cuando son pequeños se les ata por una pata a un pesado tronco. El animal no puede arrastrarlo y al final aprende su incapacidad de ir más allá. Cuando es adulto, el cuidador de elefantes ni siquiera se molesta en cambiar el tronco, que a estas alturas el animal podría arrastrar como una brizna de paja. Sencillamente, el aprendizaje de la incapacidad ha dado resultado y ya no se plantea que pueda ir más allá. La mayoría de las personas van por la vida como elefantes adultos encadenados a un tronco que no existe más que en su mente, es un tronco fantasma.

Los fantasmas de la mente nos impiden lograr lo que deseamos. Y el único antídoto contra esto es con la fantasía. Fantaseando las posibilidades, éstas se materializan. No se trata de soñar despiertos. La imaginación activa no es un simple pensamiento, es crear una realidad paralela lentamente en la conciencia. Día a día. Con la mayor certeza en ella. Al final, se logra cambiar el entorno material de la persona. 

Es como una película dirigida por nosotros mismos para que llegue al final que deseamos. 
Es como una experiencia onírica consciente mientras estamos despiertos. Una recreación constante y desde todos los ángulos posibles y con la mayor viveza (tal y como ocurre con algunos de nuestros sueños oníricos). 

Este proceso es natural cuando somos niños pero la educación o la sociedad lo interrumpen. 

La imaginación activa necesita tiempo para activarse e intensidad para obtener los mejores resultados. Podemos estar 3 días con la misma ensoñación y luego cambiar a otra diferente para que la mente no se fatigue y la rechace. Luego sostenerla 3 semanas aprendiendo a integrarla en nuestra vida como si fuese un hecho natural.Los resultados importantes se logran con períodos de al menos 3 meses. Tres meses pueden cambiar la vida de una persona. Para muchas personas es un esfuerzo descomunal y pueden flaquear tus fuerzas, sin embargo, merece la pena continuar, porque al final del camino está el tesoro que anhelamos. 

El elegido, persevera. De deja llevar por su fantasía. Mantiene la certeza en el proceso pase lo que pase aunque se presentes obstáculos por el camino. Pero si se persevera, empiezan a aparecer hechos sincrónicos que indican en qué punto andas de tu proceso. Es un pacto con nosotros, y nadie puede romperlo salvo nuestra falta de creer en ello. Somos nuestro principal aliado o principal enemigo. 

En cuanto alcanzamos una meta, antes de acomodarnos a ella, nuestra sombra comienza a esparcir sus dudas y a proyectar miedo. Pero no hemos de permitirle que lo haga, no hemos de consentir que nada nos hunda ni nos haga abandonar. Todo es un juego, el Juego de la Vida y de nosotros depende cómo afrontarlo. Todo es virtual hasta que lo materializamos con nuestra conciencia. Así que, materialicemos lo que deseemos en lugar de lo que no deseamos. 

Reaprende a soñar despierto.  

Para que la magia se ponga a tu disposición, hemos de creer en ella. Tener certeza. Confiar en el Universo.