Aceptar La SOMBRA


Aquello que no se puede ver de uno mismo, que nadie puede conocer porque hemos creído que si nos mostramos así no nos amarían, no nos aceptarían o nos quedaríamos solos, lo escondemos y se refleja como nuestra sombra.

Un ejemplo: te gusta ser una persona pacífica y estable y en ocasiones muestras mucha agresividad que sólo dejas ver a quien realmente te conoce o todo lo contrario, a quien nada sabe de ti.

En algunos momentos es bueno que saquemos nuestra agresividad. La agresividad es natural, como otras emociones como la tristeza, los vaivenes emocionales… Las emociones del ser humano son para sentirlas, es algo natural. Lo que no es natural es esconderlas y suprimirlas. Lo equilibrado es sentirlas de una forma sana.

Si no aceptas alguna emoción no significa que no esté en ti. Uno mismo sabe lo que tiene en la sombra porque siente sus emociones y sabe lo que piensa (u observa sus pensamientos).

Al no aceptar por ejemplo, tu agresividad, ésta saltará en algún momento donde las condiciones sean parecidas a otras ocasiones pasadas donde agrediste. Pero en este caso, la emoción te dominará. No estás tú dominándola a ella, sino ella a ti. Con lo que cada vez la soterrarás más, y por lo tanto, más problemas te dará cuando surja de modo espontáneo, como suele emerger. Porque la sombra siempre surge, siempre te pilla infraganti, y de repente, te ves haciendo cosas o diciendo cosas que no quieres decir o hacer.

Simplemente, acepta tus emociones, escúchalas. ¿Qué te quieren decir? ¿De qué estás huyendo? ¿Qué no quieres aceptar de ti? ¿Cómo puedes utilizar la expresión de la emoción para tu bien y el bien de los demás?

Y quizá te des cuenta, cuando lo aceptes, que surgen muchos más cambios en tu interior. Y quizá esa forma de reaccionar cuando la emoción te dominaba, no era tuya, sino que es cómo lo han hecho tus padres, por ejemplo. Y que tú vas a hacer de otra forma ahora.

Pero primero acepta tu sombra. Porque en la sombra hay mucha energía que puedes usar a tu favor. Y si no lo haces, saltará de vez en cuando para decirte “estoy aquí, escúchame”.

La sombra es luz escondida. Encuentra su luz.

Adabuhi